He decidido muy gustoso aceptar la solicitud de los autores de este libro para que me haga cargo de la presentación del mismo a modo de prólogo.

Generalmente, esta tarea impone la necesidad de conocer con detenimiento el texto a comentar y, luego de la lectura meditada del mismo, expresar la complacencia por el contenido material y felicitar a los autores por su esfuerzo.

En este caso, mi intervención previa a que el lector se sumerja en las páginas del libro tendrá otro derrotero y por ende, apuntará a diferentes cometidos que los que son habituales en los prologuistas. Tal decisión se debe a una circunstancia que considero excepcional. Me explico.

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