La Constitución Nacional determina la existencia de tres niveles de gobierno: el nivel nacional, el nivel provincial – inserto en el ámbito regional- y en el nivel municipal, emergente del nivel local.

Fruto de procesos que no viene al caso citar aquí, los gobiernos locales han quedado, históricamente, limitados a una dinámica marginal con un limitado campo de acción y un desarrollo embrionario de sus funciones políticas.

A partir de la crisis del estado interventor (mediados de los ´70), comienzan a desplegarse tendencias que impulsan el fortalecimiento de los gobiernos locales y, consecuentemente, la superación de su situación marginal. No se trata solamente de una consecuencia de lo acontecido en el país, sino de la forma de adaptarse y responder a exigencias que se plantean a nivel internacional.

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