Cuando comienza un trabajo, el autor de estas líneas considera que una de las formas de lograr que su desarrollo sea relativamente directo y poco traumático tiene que ver con fijar previamente sus características globales de antemano. Así considero vital poder establecer los objetivos a los que se quiere llegar, los límites en términos de profundidad teórica y de amplitud de temas a los que se llegará, el esquema vertebral de todo el escrito, etc.

Ser honesto con el lector es compartir con él cuales fueron estos puntos de partida, y en que medida pudieron cumplirse, ya que posteriormente el escrito cobra vida y suele no respetar estas pautas previas. Cuando esto ocurre muchas veces el texto aparece como forzado y ocurren las situaciones traumáticas que citaba en un principio.

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