Como respuesta a la crisis de los años ’30, Keynes sugería que en las épocas de bonanza los Estados debían ahorrar para poder atenuar las turbulencias que se pudieran producir en los momentos difíciles. Sin embargo, las series estadísticas de nuestro país muestran que hasta el 2003 el sector público se ha comportado exactamente al revés: en las etapas de crecimiento, y a favor de mayores ingresos fiscales, el Estado gastaba más, mientras que en las etapas de reflujo generaba mayor depresión al embarcarse en políticas de ajuste.

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