Como hemos dicho, el modelo nacional y popular precisa de un Estado que pueda desarrollar tareas reguladoras, arbitrales, articuladoras y de construcción o empoderamiento de nuevos actores sociales, mediante medidas de intervención directa (por ejemplo, a través de sistemas estatales de acción social o a través de empresas públicas, por citar dos ejemplos) o indirecta (mediante distintas formas de regulación).

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