En los últimos veinte años los argentinos hemos vivido bajo dos “modelos” económicos, políticos y sociales diversos. Por un lado, el régimen de la convertibilidad de la década de los 90 del siglo pasado, caracterizado por una férrea paridad cambiaria, privatizaciones, fexibilización y desregulación de los mercados, desmantelamiento del aparato estatal y un creciente.

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